10 trucos para comer con cabeza

10 trucos para comer con cabeza

10 trucos para comer con cabeza
Es habitual que a veces comamos de más por culpa de nuestras emociones. Situaciones de estrés, de ansiedad motivadas por el trabajo (o su ausencia), la familia o la pareja nos llevan a buscar una forma calmarnos, que puede ser la comida; y encima, la menos saludable. Si no quieres que esta hambre emocional sabotee tus esfuerzos por perder peso te damos unos consejos que te ayuden a recuperar el control de tus nuevos y saludables hábitos alimentarios.

1.- Escribe un diario de comidas: anota lo que comes, cuando, cuanto, cómo te sientes cuando comes y con cuanta hambre. Es probable que con el tiempo veas pautas que se repiten y que te dan pistas sobre tu alimentación y tu estado anímico.

2.- Cerciórate de que tienes hambre de verdad: si comiste hace unas pocas horas y tu estómago no está protestando, lo más probable es que no tengas hambre física. Procura calmarte poco a poco sin lanzarte a la cocina o la pastelería.

3.- Doma tu estrés: si la tensión te empuja a comer (por lo general inconscientemente), prueba alguna técnica de relajación, como meditación, yoga o técnicas de respiración.

4.- Combate el aburrimiento: en vez de picar cuando te aburras y sin verdadera hambre, busca una actividad que te distraiga, como ver una película, escuchar música, salir a dar un paseo, leer o hablar con la familia o las amistades. ¡Hay mil cosas aparte de la comida!

5.- Busca apoyo: tienes más posibilidades de rendirte al hambre emocional si te falta una buena red de apoyo. Busca el respaldo de tu familia y amigos o incluso de un grupo de apoyo.

6.- Aleja la tentación: no tengas en casa alimentos “reconfortantes” si te cuesta resistirte a ellos. Y retrasa tu visita al supermercado si estás enfadado o triste; espera un poco hasta recuperar el equilibrio.

7.- No te prives de todo: cuando entras en un programa de pérdida de peso, limitas las calorías que ingieres, sustituyes algunas comidas que te gustan por otras nuevas y te quitas caprichos que disfrutabas pero no eran saludables. Es posible que todo eso aumente tus deseos de comer, que suelen dispararse en ciertas situaciones emocionales. Para evitarlo, no seas muy radical y date un capricho de vez en cuando; no puede dejarse todo de la noche a la mañana.

8.- Pica de forma saludable: si sientes el impulso de comer entre comidas, elige alimentos bajos en grasa o calorías, como fruta, verduras (quizá con alguna salsa de mojar baja en calorías) o palomitas de maíz (sin mantequilla). O prueba versiones desnatadas o bajas en calorías de tus refrigerios favoritos.

9.- Aprende de los reveses: si tienes un episodio de hambre emocional, perdónate y empieza de nuevo al día siguiente. Intenta aprender de la experiencia y piensa cómo podrías evitarlo en el futuro. Concéntrate en los cambios positivos que estás haciendo en tus hábitos alimentarios, tus objetivos y date el reconocimiento que mereces por tu esfuerzo.

10.- Si todo falla, busca ayuda profesional: en el caso de que lo hayas intentado todo y sigas cayendo, puede que tengas algún tipo de desorden alimentario. Consulta con tu asesor del programa para que te aconseje qué medidas tomar.

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