¡Corazón sano!
El ritmo cardíaco normal de un adulto sano en reposo va de las 60 a las 100 pulsaciones por minuto, lo que no deja de ser una horquilla bastante amplia. De hecho, puede serlo más, ya que un ritmo inferior a las 60 en reposo implica una función cardíaca más eficiente y un mejor estado cardiovascular (como ocurre con los atletas, cuyos corazones laten cerca de 40 pulsaciones por minuto).
Para medir tu ritmo cardíaco solo tienes que tomarte el pulso, y puedes hacerlo de dos formas: poniendo uno o varios dedos entre el hueso y el tendón de la muñeca (sobre la arteria que pasa por la cara interna) o colocando tus dedos índice y corazón en el cuello, junto a la tráquea. Cuando te encuentres el pulso, cuenta el número de latidos durante 15 segundos y luego multiplica el resultado por 4 para obtener el total en un minuto.
Ten en cuenta que hay varios factores que pueden influir en el ritmo de tu corazón, incluyendo:
-Tu condición física.
-Tu estado emocional.
-Tu tamaño corporal.
-El nivel de actividad.
-La temperatura ambiente.
-La posición del cuerpo (de pie o tumbado).
-La medicación.
Aunque hemos visto que el rango de normalidad es bastante amplio, un ritmo cardíaco inusualmente bajo o elevado puede ser síntoma de un problema subyacente. Consulta con tu médico si tu ritmo en reposo está por encima de 100 por minuto de forma constante (taquicardia) o si está por debajo de 60 sin ser deportista (bradicardia). Y consulta cuanto antes si muestras otros síntomas, como vértigos, desmayos o falta de aliento. Tu corazón es un tema muy serio.