Evita las trampas calóricas cotidianas

Evita las trampas calóricas cotidianas

Evita las trampas calóricas cotidianas

Puede que las bebidas de café y los zumos de fruta de máquina parezcan inocentes y hasta saludables, pero te sorprendería la cantidad de calorías que contienen muchos de ellos. Haz la prueba consultando los valores nutricionales en el envase, o mirando esa información en la web correspondiente o en el mismo local si la tienen disponible. Es fácil que dos o tres de esas trampas camufladas arruinen los esfuerzos del día o incluso de la semana. Para evitarte sorpresas y disgustos, atiende a estas alternativas.

En la calle, el Metro y supermercados:

Pasa de largo de las máquinas expendedoras. La inmensa mayoría contienen productos con muchísimas calorías vacías en forma de grasas sólidas (patatas fritas, nachos, bollería industrial) o azúcares añadidos (chocolatinas, refrescos y zumos).

Ve a la caja sin chuches. Esperar a que nos cobren en una caja plagada de caramelos y chocolatinas es una prueba para cualquiera. Ahórrate el sufrimiento (y el dinero) yendo a otra caja menos tentadora.
En la cafetería:

Pide el café con leche desnatada en vez de entera o semi.

Renuncia a los sabores extra (los siropes y cremas de vainilla, avellana o caramelo contienen azúcar que aumenta notablemente la cantidad de calorías.

Nada de natas (añaden un montón de calorías y grasa).

-Vuelve a la esencia: pide café normal con leche desnatada y edulcorante artificial, o café solo.

En el puesto de zumos o batidos:

-Compra el tamaño pequeño.

Pide la información nutricional de cada batido y escoge el que menos calorías tenga.

Nada de azúcar extra. Muchos batidos y zumos incluyen azúcar adicional aparte del que contienen los ingredientes básicos. Pide que te lo preparen sin añadirle azúcar; la fruta ya es lo bastante dulce.

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