El consumo de fruta brinda grandes beneficios para la salud. Las personas que comen más frutas y verduras como parte de una dieta saludable tienen menos riesgo de sufrir algunas enfermedades crónicas. Las frutas proveen nutrientes importantes, como el potasio, la fibra, la vitamina C y el ácido fólico. La mayoría de las frutas son naturalmente bajas en grasa, sodio y calorías, y ninguna de ellas contiene colesterol. Todas las frutas o los zumos naturales forman parte del grupo de las frutas. Pueden ser frescas, enlatadas, congeladas o secas, y pueden consumirse enteras, cortadas o en puré.
1.- Incluye fruta en el desayuno: añade plátanos, duraznos o fresas a los cereales; arándanos a los crepes; bebe zumo de naranja natural. O bien come fruta mezclada con yogur desnatado o bajo en grasa.
2.- Piensa en la variedad: compra frutos secos, frutas congeladas o enlatadas (en agua o como zumo), así como frutas frescas para tener siempre a mano.
3.- Piensa en el sabor: compra frutas frescas de temporada cuando para que estén maduras y a buen precio. Añade fruta a una receta para endulzarla.
4.- No olvides la fibra: escoge principalmente frutas enteras o cortadas en lugar de zumos por los beneficios adicionales que ofrece la fibra.
5.- Da buen ejemplo a los niños: come frutas todos los días con las comidas o como tentempiés.
6.- Tenlas a la vista: pon un cuenco con frutas enteras sobre la mesa, la encimera de la cocina o en la nevera.
7.- Come frutas en el almuerzo: llévate una mandarina, un plátano o unas uvas, o coge frutas en la barra de ensaladas. Las frutas en envases individuales, como los duraznos o el puré de manzana, son fáciles y prácticas.
8.- Toma fruta también en la cena: añade trocitos de piña a la ensalada de repollo, o pedazos de naranja, arándanos secos o uvas en una ensalada mixta.
9.- Come frutas como refrigerio: los frutos secos son excelentes tentempiés. Son fáciles de llevar y se conservan bien.
10.- Lava bien las frutas: no olvides hacerlo antes de prepararlas o comerlas. Lávalas con agua corriente para quitarles la suciedad y los microorganismos de la superficie. Después sécalas con una toalla de cocina limpia.