Nuestro saluconsejo de hoy es simple: Debemos perder peso poco a poco.
A lo mejor no es lo que quieres leer, pero es por tu bien. Perder peso muy rápido suele requerir muchísimo esfuerzo y sacrificio, pero como es prácticamente imposible hacerlos durante mucho tiempo y suponen un cambio radical de hábitos, acaban por abandonarse completamente y el peso perdido regresa con fuerza.
Y no es el único problema de adelgazar rápido: la mayoría de dietas que favorecen ese ritmo también exigen mucho esfuerzo a algunos órganos, como a los riñones, esfuerzos que pueden incluso dañarlos. Esa es otra razón por la que esas dietas no pueden mantenerse en el tiempo.
Las dietas rápidas hacen perder mucha agua e incluso tejido magro, porque es muy difícil quemar las calorías de la grasa en poco tiempo.
Y hay otra desventaja más: las pérdidas de peso rápidas no hacen perder tanta grasa como con una pérdida más gradual. Debes tener muy claro que quitarse peso no es lo mismo que quitarse grasa, que es lo que interesa; las dietas rápidas hacen perder mucha agua e incluso tejido magro, porque es muy difícil quemar las calorías de la grasa en poco tiempo.
Por todo esto es mejor perder peso poco a poco, es decir, adelgazar de manera gradual y mantenida en el tiempo.
Perder entre 400 gr. y un kilo por semana es un ritmo saludable que además ayuda a mantener esa pérdida en el largo plazo y a no recuperarlo.
Recuerda que si tu interés está en perder peso, puedes empezar haciendo deporte y comiendo de manera saludable.
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